lunes, 6 de octubre de 2008

SENDERO


Cierro los ojos entonces y sigo a pesar de todo... sabiendo que es demasiado fino el sendero en esta hora, y la que tiembla no es la duda de habitar algunas raresas, sino más bien es la tierra misma la que tiembla en silencio buscando acomodarse para dar esa idea original de que algo está ordenado, desde que alguien midió y mintió las cosas en partes iguales, en tiempos iguales para todos.
Y yo sigo extrañado con la fiebre de un sueño anterior, que supo batirse en duelo con mi alma en otra parte de esta historia y del cual ahora soy su rehén, pero en un todo inconmensurable lejos del día, y más lejos aún de este dolor de mi boca que busca palabras para entender lo que pasa...

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