martes, 6 de octubre de 2009

PUERTO


Y será de noche cuando el hombre asombrado de tanta soledad, encenderá esa vela… esa cándela en la tempestad, esa luz que guiará los barcos, ese resplandor de esa misma navaja que lejos de dar muerte… recogerá los frutos en el bosque para los hijos que vendrán para cuando llegue toda la luz que estaba escrito en el milagro…
Y será de noche, cuando ella decida el regreso, entonces la navaja descansará apenas iluminada, por esa vela por esa cáscara brillante que cubre el planeta…para que ese papel en blanco se manche de sangre con las palabras que va eligiendo todavía a tientas el niño poeta.

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