lunes, 24 de noviembre de 2008

ALINEADO


Las casas grises, tibias de soles de noviembre como una baraja de símbolos-hombre, es una secuencia interminable hacia la luz del poniente.
Un dominó de silencios y de huecos luminosos también en silencios, de arena es este final sobre la playa, esta imagen es apenas humedecida por la espuma que van dejando los camalotes en su viaje hacia el sur, viajeros de la creciente.
Ya en la curvatura de las sombras, dos estrellas se mantienen estáticas a distancia precisa, un pájaro innombrado todavía vuela para inaugurar en algún lugar a hombres santos y luego sus palabras.
Un pincel reseco hecho con las ramas de un árbol, pinta los últimos colores de la tarde, naranjas, nácares, brisa fresca del anuncio de la noche.
La puerta se abre entonces entre faroles de planetas hacia el sur, y es ahí donde decido alinear mi presente, quieto yo, quieto el mundo, quieto el humo del tabaco.
Y luego…
Gira la imagen del cordón de plata.
Yo inconsciente entonces tengo una idea un poco vaga de que el universo puede ser al fin escrito, y lo hago como si fuera tan solo un niño.

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