domingo, 26 de octubre de 2008

GARZAS ROJAS


Búscame en esa ave me dijo Pablo, aquel maestro rural y niño filósofo todavía.
Ahí estaba la respuesta que por meses me negaba el Google, el ave penitente no era un error de la madre naturaleza, no era tampoco un ave destinada a la melancolía del paisaje, al castigo del recuerdo de la pena más amarga…
El error, el detalle estaba en el mirar del hombre, eso venido a menos, eso en bancarrota desde que confió demasiado en el decir más que en el silencio, y así se le fue diluyendo y aquietando su paisaje.
Despertando de esas sombras de la tarde, sobrevuela sobre esa línea de tinta diminuta de las islas, se desprende de la luz como si fuera una astilla de fuego, la garza entonces es una suave melodía sobre lo tibio del río.
Entonces se regresa el silencio en la tarde, como si todo fuese un santuario, como si todo en equilibrio estuviera.
Y ya no quedarán garzas blancas, ni penitentes rosas…
Todas la garzas en mí vuelven a su origen y a su silencio, todas vuelven en mi a ser rojas tal como fueran creadas.

sábado, 18 de octubre de 2008

DESDE LEJOS


Cientos de brazos en la sombra única en la que se ha convertido este instante, enrojecido el atardecer es la señal, la decisión de abandonar ese puerto quieto de muerte y delirio.
Blanco, muy blanco el golpe de los remos en secuencia de inventar recién al tiempo y a un dios de agua que aparece y desaparece sobre la cresta de las olas.
Blanca la luz de la luna, que cae vertical e implacable sobre la espalda de esos hombres en mutación, de bestias a marinos y luego a poetas…siempre sobre la nave empujada por el soplo invisible y efímero del viento.

lunes, 6 de octubre de 2008

SENDERO


Cierro los ojos entonces y sigo a pesar de todo... sabiendo que es demasiado fino el sendero en esta hora, y la que tiembla no es la duda de habitar algunas raresas, sino más bien es la tierra misma la que tiembla en silencio buscando acomodarse para dar esa idea original de que algo está ordenado, desde que alguien midió y mintió las cosas en partes iguales, en tiempos iguales para todos.
Y yo sigo extrañado con la fiebre de un sueño anterior, que supo batirse en duelo con mi alma en otra parte de esta historia y del cual ahora soy su rehén, pero en un todo inconmensurable lejos del día, y más lejos aún de este dolor de mi boca que busca palabras para entender lo que pasa...