“Desde el fondo ancestral del fuego de origen, una brasa redonda emprende una fuga hacia un presente estático, de grises pastizales, de grietas cicatrices de la tierra.
En el centro del ojo único de la historia.
En el centro del ojo único de la historia.
El sol me dibuja tu naranja silueta, desnuda y luminosa sobre la esfera de la tierra tibia de la espera, en el borde exacto de un presente.
Cierro los ojos para intentar atraparte, estiro las inútiles manos del tiempo, y ahora sola yace un mí, una brasa que me quema en este presente, mientras sigo contemplando a lo lejos tu silueta naranja que corre, sobre la esfera caliente de la tierra del sin tiempo.”